Hace unos meses, en una jornada de formación sobre captación de fondos en Internet para ONGs, alguien preguntó
-“¿Debo hablar de que el Atlético de Madrid ganase la final de la Europa League en mi Facebook?”
La respuesta, claro, no gustó:
-“Depende”.
-“¿Cómo que depende? Tendrá sentido o no, porque no sé muy bien. Yo creo que no, pero hay quien lo hace y le va bien”.
Así continuo un rato el debate. Buscando respuestas definitivas, conclusiones, manuales dignos de Ikea en los que se explique, paso a paso, como triunfar en Social Media.
Por eso hay tantos posts del tipo “Diez claves del Social Media”, “Cinco pasos para conseguir ser el rey de Facebook”, “Los 4 secretos para tener más followers que Justin Bieber”.
Y todos son básicos, genéricos, repetitivos. No aportan nada. ¿Por qué? Pues porque el único secreto del Social Media es lo de “Social”. Se trata de escuchar y conversar, aportar y recibir, de una comunicación de dos direcciones. En definitiva, de establecer relaciones. Y ¿dónde están los manuales para relacionarnos son otros seres humanos?
Están los cursos de cómo ligar, o los profundos artículos del Cosmopolitan sobre cómo seducir a un hombre. Pero ¿alguien nos ha enseñado a tener amigos? ¿Cuales son los pasos que das al entablar una relación? Cada vez es distinto porque depende de las personas. Y cuando hay personas de por medio, los manuales son de poca utilidad.
Cuando establecemos relaciones en nuestra vida personal hay ciertas normas, de sentido común que seguimos. En Social Media, también.
Igual que cuando buscamos conocer a una persona, debemos escucharla.
Igual que cuando queremos que alguien confíe en nosotros, debemos ser sinceros.
Igual que cuando queremos gustarle a alguien, debemos ser interesantes.
Igual que en todas las relaciones de nuestra vida, debemos aportarle algo especial a quien tenemos delante.
Y, sobre todo, no olvides el sentido del humor.
Pero el tono de voz, la forma de hablar, lo que sea que contamos, eso depende de cada uno. No hay un manual para conseguir enamorar a la chica que está al final de la barra. Tampoco lo hay para conseguir crear una comunidad activa y solidaria.
Establece la relación, poco a poco, ve generando confianza, cercanía, intimidad y al final, tu amigo estará dispuesto a escucharte. Si la relación es buena, hasta estará dispuesto a echarte una mano.
Por cierto, la organización que había hablado del Atlético de Madrid era Save the Children, donde soy el Responsable de Internet y Social Media. Un poco después, publicamos un logo que nos habían echo llegar: “Save the Chicken”. Ambas publicaciones gustaron porque en la relación que hemos establecido con nuestra comunidad, hay espacio para el humor. Si fuese la página de Facebook de una funeraria, supongo que sería más complicado.